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Si habéis hecho viajes de buceo o snorkle, sabéis que una de las principales razones para bucear es contemplar lo que hay bajo el agua, disfrutar de la vista de los peces, los corales y todo tipo de fauna y flora submarina. Para poder disfrutar plenamente de las vistas, es imprescindible que la máscara esté bien limpia. Pero, ¿cómo hay que limpiar las gafas de bucear para que nos se empañen?

El vaho que producimos al exhalar algo de aire por la nariz suele empañar los cristales de nuestra máscara y de repente, apenas vemos nada. Entonces, ya da lo mismo frotar con la mano, porque el vaho no se va y lo más práctico suele ser quitarnos las gafas y limpiarlas con agua, pero cuando estamos buceando a cierta profundidad es realmente incómodo. ¿Hay algún truco para evitar este molesto empañamiento?

vaho en las gafas de bucear

Entre la foto que tenéis sobre estas líneas y la foto siguiente, hay un mundo, ¿verdad? Imaginad la faena que supone que cuando todos disfrutan del avistamiento de una tortuga, un pez flauta o una manta raya, vosotros tengáis la máscara cubierta de vaho y os perdáis lo mejor de la inmersión.

Hay varios métodos para limpiar la máscara o gafas de bucear para evitar su empañamiento. La más tradicional llama mucho la atención las primeras veces que la ves llevar a la práctica. Consiste en escupir en la parte interior de los cristales y «masajear» con la saliva toda su superficie.

mascara limpia viaje buceo

Tras un breve aclarado, queda perfecto. La mayoría de los buceadores utiliza este sistema haciéndolo tanto por dentro como por fuera de los cristales de la máscara. Pero además de la saliva, hay más posibilidades para dejar nuestros cristales libres de vaho.

En las tiendas especializadas y en todas las escuelas de buceo, venden unos líquidos especiales antivaho, idóneos para esta función. Muchos buceadores los llevan en su bolsa o mochila de buceo y como con una gotita es suficiente, lo habitual es invitar al que no tiene para que no se le empañen.

Suelen venir en tubitos de pomada o en botes de plástico del tamaño de un mechero. El precio de estos líquidos o cremas no es barato, pero por su eficacia y por lo que dura el bote puede merecer la pena, aunque hay un procedimiento más barato.

Lo conocí en un viaje de buceo en la isla de Curaçao de la que ya os hablaré, y es tan simple como llevar un bote pequeño de champú para niños, del que no irrita sus ojos. Ponemos unas gotas en seco sobre cada cristal, por dentro y por fuera, las extendemos con movimientos circulares. Después, aclaramos levemente y ya tenemos nuestra máscara protegida del empañamiento.

Desde que aprendí este truco, ya sé como limpiar las gafas de bucear para que no se empañen, y sin gastar apenas dinero. Es un truco genial, barato y sobre todo efectivo porque funciona. Desde entonces, en mis viajes de buceo siempre llevo esos botecitos tamaño mini del «baby shampoo» y no me preocupo de más. ¿Conocías este truco?