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El ahorro de energía y la prevención de corrientes de aire, humedades en las paredes o mohos en metales se consigue en gran medida con un adecuado aislamiento del hogar. Según los expertos, el mejor modo para retener el calor en el interior de la casa en invierno y de mantenerlo fuera en verano es reforzando los puntos estratégicos por los que el aire y el calor se dispersan: paredes, techo y suelo. El mercado dispone para ello de diversos materiales aislantes cuya oferta ha evolucionado mucho en los últimos veinte años, pasando del amianto a otros más ecológicos y con mayores propiedades que incluso protegen la vivienda contra incendios y la aíslan de la contaminación acústica.

El mercado ofrece diversos materiales aislantes que conviene conocer ya que la solución mejor para nuestra vivienda puede ser una y no otra

La revolución que en los últimos años han experimentado los distintos aislantes ha contribuido a facilitar este proceso por el que cualquiera en su casa pueda bloquear las zonas que desee sin necesidad de acudir a un contratista, aunque desde luego nunca está de más recibir sus consejos.

Paredes

Antes de elegir los materiales aislantes se debe tener en cuenta la temperatura predominante del lugar donde esté ubicada la casa, su tamaño y los equipos de acondicionamiento que se utilicen como refrigeración, calefacción y humidificación, ya que se pueden ver perjudicados si elige el aislante incorrecto.

Formas y materiales:

  • Estuco sintético. Se trata de una pared compuesta por varias capas entre las que se incluye un tablón aislante reforzado con un tejido metálico de fibra de vidrio y la aplicación de una sustancia acrílica resistente al agua. Es uno de los sistemas más novedosos y utilizados por su fácil adaptabilidad con el aislante utilizado en el interior de la casa y su eficacia en reducir filtraciones de aire.
  • Ladrillos huecos. Para muchos profesionales, el mejor sistema de aislar la casa. Este material garantiza que el aire frío o caliente tarden más en atravesar paredes densas y pesadas. A través de sus huecos se consigue su aislamiento y hacen que éstos sean una superficie recomendable para proteger la vivienda del calor en verano y para retenerlo en el interior en invierno.
  • Hormigón. Sus principales propiedades son la concentración del calor y su absorción para luego liberarlo dentro de la vivienda, por lo que las viviendas construidas con este material precisan de aislantes como perlita y polietileno expandido.
  • Lona plástica. Recomendable para proteger las paredes de la humedad, para su instalación se requiere de un profesional ya que se debe introducir dentro el material con el que se construyó la pared.
  • Aislamiento de vertido. Es una de las mejores opciones para paredes acabadas por su fácil utilización. Este líquido se puede instalar soplándolo con un equipo neumático o vertiéndolo en los espacios entre las vigas del techo. Conviene evitar que el aislamiento llegue las ventilaciones que generen calor, como luces alógenas, que se deben proteger para que no las alcance el vertido.

Techos

Los últimos estudios sobre la pérdida de energía en el hogar revelan que el aislamiento del techo puede llegar a reducir un 35% los gastos en calefacción. Para asegurarnos de que el calor no se escapa por esta parte de la casa, hay que aislarlo con algún material indicado para tal fin y cuyo grosor supere las dos pulgadas. Se puede hacer de diferentes maneras:

  • En láminas o rollos. Pueden estar compuestos de fibra mineral como lana de piedra o fibra de vidrio. Ambos garantizan que con un solo producto se consiga aislamiento térmico, acústico y protección contra el fuego. Estas lanas constituyen una estructura muy ligera y son el aislante más utilizado en la UE, por los elevados niveles de protección que ofrecen y por ser productos naturales transformados mediante el proceso de producción.
  • Pinturas especiales. Se deben elegir pinturas que refracten la luz solar. Los componentes de estas pinturas desvían el calor hacia otro punto. Son especialmente convenientes para ambientes cálidos.
  • Techos de césped. Una solución menos habitual es instalar sobre techos planos césped o planchas que mantengan fresco el techo, por lo que en primer lugar se precisará de un buen aislante contra la humedad. Recomendado para lugares cálidos.

Suelos o pisos

Esta es la parte de la casa, junto con el techo, por donde más fácilmente se escapan el calor y el frío, a pesar de que la gran mayoría de las viviendas no tienen aislamiento bajo el piso. Antes de decantarse por un sistema, valore el más adecuado en función del diseño de su casa. Estas son algunas opciones:

  • Aislamiento reflector. La instalación de este aislamiento es similar a la colocar aislamiento en láminas o rollos. Algunos se venden en capas planas que se abren en forma de acordeón para formar los espacios de aire necesarios entre las superficies. Si está hecho con papel de aluminio, se debe evitar el contacto con cableado eléctrico porque el aluminio reflector es conducto de electricidad.
  • Láminas flexibles de fibra de vidrio. Recomendados para superficies que se encuentran sobre garajes o que están en cimientos elevados. Es de fácil utilización en áreas irregulares y en pisos sin acabado.

Al alcance de su mano

Sin la ayuda de ningún técnico y con una serie de consejos respecto al material a utilizar y su uso más adecuado puede aislar las partes de la casa que presentan mayores posibilidades de fugas de aire y calor:

  • Compruebe las tiras autoadhesivas de las ventanas, pues tienen fecha de caducidad. Para cambiarlas, basta con levantar las viejas con agua caliente y limpiar la zona antes de instalar las nuevas.
  • El doble acristalamiento es el mejor aislante del frío y protege frente al calor externo.
  • Las cintas de material aislante, muy económicas, son recomendables para ajustar puertas y ventanas. Las más duraderas son las de vinilo y silicona.
  • Conviene utilizar burletes para mejorar el cierre de las puertas.
  • Las alfombras permiten reducir la pérdida de calor por el suelo, aunque la instalación de la calefacción vaya por ahí.
  • Utilice aislantes detrás de los zócalos, donde la pared y el piso se juntan, así como en las coyunturas de los marcos de las puertas y paredes.

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