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Apenas se empina sobre los 25 años y Mario Escobar ya tiene una empresa con la que recicla computadores que -en su mejor mes- le ha reportado ventas por $50 millones que le permiten pagar el sueldo de otros 4 técnicos, su renta como gerente general, cancelar los gastos e insumos de la empresa y, además, le deja generosas utilidades para reinvertir.

«Tengo amigos de mi edad que aún están tratando de sacar un título en la universidad y probablemente en un par de años van a emitir su primera boleta o recibir su primer sueldo titulados. Yo trabajo desde los 17 años en temas de computación. Así es esta área… IBM no va a necesitar alguien que sepa de Cálculo III o de Física II que le enseñan a los ingenieros, sino alguien que tenga la habilidad específica para programación, como la que tenemos los técnicos».

De esta forma este analista programador computacional (de DUOC-UC) explica su exitosa inserción en el mundo productivo. Y tal como lo hizo él, el 56% de quienes llegan a la educación superior hoy estudian una carrera técnica de dos años y medio.

El ejemplo de Mario -quien recibió más de $500 mil mensuales cuando hizo su práctica en Google Chile- es parte de una nueva tendencia que crece en el país: el auge de las carreras técnicas.

Este año 136 mil alumnos eligieron una carrera técnica

Las cifras son claras.

Hace 7 años existían 2.099 carreras técnicas en la educación superior chilena, hoy son 3.954 , por lo que representan el 42% de las opciones que tienen los alumnos cuando egresan de 4° medio.

Y aunque del millón de alumnos que hoy sigue estudios superiores, sólo 285 mil se dedican a las carreras técnicas, el interés por seguir estas carreras ha sido explosivo estos últimos años. De hecho las cifras de 2012 indican que de todos los alumnos que se matricularon a primer año, 136 mil eligieron una carrera técnica… y 190 mil optaron por una profesional .

Las ventajas comparativas -aseguran sus promotores- son cada vez más evidentes, lo que explica el interés: son menos costosas que las universitarias, mucho más cortas, permiten compatibilizar trabajo y estudio, y como las instituciones que las imparten tienen vínculos con la industria, saben qué profesionales necesita el mercado y hay una más rápida inserción laboral.

Pero más importante aún: comparados con los futuros profesionales, sus titulados pueden tener mejores perspectivas salariales. Sobre todo porque estas carreras se hacen cargo de servicios crecientemente demandados en las áreas minera y tecnológica, que se proyectan entre las que tendrán mayor auge en la economía nacional.

Y eso no es lo único. Las apuestas de las carreras técnicas también van por oficios aparecidos a partir de nuevas normativas, labores en el área electrónica o mecánica industrial y algunas relativamente nuevas, como computación o prevención de riesgos.

Un tercer grupo son aquellas especialidades técnicas en recursos financieros y administración de empresas, que están viviendo un verdadero renacer con la expansión del retail.

Electricidad y Mecánica: Las mejor pagadas

El presidente del Consejo Nacional de Instituciones Privadas de Educación Superior (Conifos), Rodrigo Cerda -que agrupa a los centros de formación técnica-, detalla entre las carreras con mejores perspectivas la de Técnico en Electrónica o en Electricidad Industrial: «Hace 20 años un motor era sólo eso, algo que tenía que ver con mecánica. Pero ha ido evolucionando y ahora se trata de robótica y automatización. Las empresas están pidiendo personas que arreglen y programen motores».

La carrera (que dura 5 semestres) permite a sus recién egresados rentas iniciales de hasta $700 mil, que al cabo de 5 años sobrepasan el millón $300 mil.

El vicerrector académico de Duoc-UC, Carlos Isaac , dice que estas labores tienen una muy buena inserción en la minería e industria, «porque cada vez se están incorporando más mecanismos automatizados. Los técnicos son indispensables para hacer mantención o reparar un desperfecto, son esenciales en estos sectores que no pueden detener sus procesos productivos».

De hecho el nivel de empleabilidad que ostentan estos estudiantes es alto: sobre un 85%, apenas egresan.

La directora de egresados de INACAP, Liliana Brantes , agrega a esta categoría las carreras de mantenimiento industrial o mecánica industrial: «Todo lo que tiene que ver con capacidades en maquinaria pesada es lo que más se busca. No podemos decir que el que tenga un título de esto vaya a ganar un millón de pesos de inmediato, pero en la medida que tenga contactos y se inserte en industrias que ofrecen buenos salarios, las perspectivas mejoran mucho».

Computación es un «área segura»

Otra de las áreas técnicas «seguras» son las relacionadas con computación e informática, «que hace 30 años no existían y hoy están en prácticamente todos los sectores productivos», dice el presidente de Conifos.

Pero no se trata sólo de arreglar computadores. Y el mejor ejemplo es el de Mario Escobar, quien recuerda que su práctica en Google Chile consistió en reprogramar un sistema que recibe órdenes verbales. «Se dieron cuenta de que para el español sólo reconocía instrucciones de un español o un mexicano. Por ejemplo, no aceptaba la palabra ‘búsqueda’, porque como el programa estaba hecho por un español, sólo reconocía ‘búzqueda’. Eso significó reprogramar todo el programa para que funcionara».

Según Isaac (del Duoc-UC) prácticamente todas las empresas necesitan hoy técnicos en computación. «Desde la compañía más pequeña hasta los grandes bancos trabajan con redes de todo tipo y nada de eso podría funcionar sin que tengan un especialista que les entregue asistencia técnica».

Más aún, indica Escobar, «computación e informática es un conocimiento abierto a todos. Alguien puede entrar a trabajar con 18 años a una empresa y si logra adquirir las habilidades, al final es la empresa la que le dice: Queremos que sigas con nosotros, pero necesitamos que tengas un título. ¿Por qué no estudias? Entonces, al final son los jefes los que terminan llevando a los jóvenes al CFT o al IP».

Las especialidades originadas por las nuevas normas

La mayoría de quienes se mueven en el mundo de las carreras técnicas coincide en que las nuevas normas legales terminarán por crear un nicho nuevo.

Ya ocurrió con la carrera Técnico en Prevención de Riesgos. «Surgió con los cambios en las leyes y todas las empresas necesitan un técnico de este tipo, porque tienen que crear protocolos de seguridad», explica Liliana Brantes, de INACAP.

De hecho, la legislación establece que toda empresa de más de 100 empleados necesita un técnico prevencionista. Y en esto, advierte, «son fundamentales en las industrias mineras, porque saben que un accidente termina por detener las operaciones, lo que al final es una tremenda pérdida de tiempo y dinero».

La carrera -cuyo arancel anual no supera los $1.400.000 en centros de formación técnica- permite al estudiante conseguir un ingreso mensual al primer año de egreso de $600 mil… y casi doblarlo al quinto año (ver tabla).

Las carreras que vienen

Hay otras dos carreras que auguran un futuro auspicioso: Técnico en Energías Renovables y Técnico en Mediación de Conflictos. «Ahora han entrado en vigencia una serie de normas verdes, que premian la implantación de cosas como los calentadores solares en las viviendas sociales, o la demanda que sin duda aparecerá de parte de los Tribunales de Familia para los temas de mediación», dicen los expertos.

El atractivo de aprender estas habilidades se multiplica varias veces si se considera que la mayoría de los estudiantes de CFT e IP provienen de familias de estratos socioeconómicos bajos o liceos municipales. «En general, sólo el 5% de los estudiantes técnicos viene de un colegio particular pagado, el resto viene de colegios subvencionados o municipales», dice Cerda.

Y agrega otro dato: «Si le va bien, una persona puede recuperar la inversión de estudiar en apenas 8 meses de trabajo, porque los aranceles de un CFT o un IP pueden ser hasta 10 veces más bajos que una carrera universitaria «.