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Toda novedad en el campo científico es una mejora que celebra toda la humanidad. En el campo de la psicología los últimos años están siendo muy productivos en cuanto a avances de investigación que abren un nuevo universo de posibilidades que explorar en todo lo que queda de siglo. Los trabajos sobre la monitorización del pensamiento, así como los avances en la demostración de ciertos tipos de precogniciones parecen apuntar un futuro lleno de nuevas aplicaciones de la psicología. En otro sentido resultaría muy útil poder aplicar en la vida real las investigaciones que recientemente han demostrado que las personas podemos mejorar la suerte.

Cómo tener más suerte

Una de las aportaciones más sugerentes de los últimos años viene de la mano de Richar Wiseman psicólogo de la Universidad de Hertfordshire en el Norte de Londres. Después de estudiar durante diez años a dos grupos de personas concluyó que la actitud con la que enfrentamos la vida, la confianza que tenemos acerca de que el futuro será positivo, correlaciona con la suerte de que disfrutamos en el trascurso de la vida. En el blog deElsa Punset ella misma comenta el estudio, así como la iniciativa de Escuela de Buena Suerte que Wiseman ha creado a raiz de sus conclusiones. Hay muchas cuestiones que desconocemos de nuestro cerebro y de nuestra mente. Pero gracias a estudios como este se está avanzando científicamente en la línea de demostrar que las capacidades de los seres humanos pueden ayudar a alcanzar metas personales tan solo con el empleo de nuestra energía personal.

Leer el pensamiento

El Instituto Max Planck lleva años realizando diversos estudios de neurología con la intención de avanzar en el camino de la monitorización del pensamiento humano. En concreto John-Dylan Haynes demostró en 2007 que era posible decodificar y predecir algunos pensamientos mediante la lectura de las imágenes obtenidas de un cerebro a través de una resonancia magnética. Las aplicaciones de estos conocimientos pasan desde la maravillosa posibilidad de conocer las inquietudes de personas que han perdido la capacidad motriz de comunicarse, hasta las menos éticas utilizaciones de la información sobre los pensamientos. En cualquier caso son avances que abren nuevos horizontes en el estudio del cerebro y del pensamiento que en el futuro seguramente van a seguir aportando novedades.

Conocer el futuro

Otra de las investigaciones más sorprendentes publicadas en los últimos años es la títulada «Sintiendo el futuro» realizada por el Dr. Daryl J. Bem de la Universidad de Cornell en Estados Unidos. Este trabajo gira alrededor de nueve experimentos, con más de 1.000 participantes, a los que ponen a prueba la capacidad de acertar más allá de lo estadísticamente significativo el contenido de unos estímulos visuales aleatorios antes de que se presenten. La novedad de este estudio consiste en el hecho de haberlo realizado bajo los parámetros científicos lo que confirma anteriores trabajos que ya habían concluido que había personas con una enorme capacidad para anticipar hechos futuros.

Nuevos usos de la mente

Los avances en psicología nos dibujan un ser humano que en el siglo XXI podría ser capaz de leer el pensamiento, capaz de anticipar parte de lo que está por suceder y dueño de parte de su buena suerte. Pero sobre todo abren nuevas vías de conocimiento de los procesos cognitivos básicos. En el horizonte de este tiempo tenemos el reto de, a través de la investigación del cerebro y de los mecanismos psicológicos con el que funciona, avanzar en el aprovechamiento de la mente. Nuevos usos aun desconocidos pero que tal vez en algunas décadas hagan posible disponer de más recursos personales para querer cambiar y construir así una humanidad mejor.