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La pérdida auditiva puede presentarse de manera repentina o gradual. A veces existe una razón médica subyacente, pero en la mayoría de los casos, simplemente se relaciona con la edad o con el resultado de la exposición a ruidos fuertes a lo largo del tiempo. El paso siguiente es realizar una Audiometría.

Una audiometría es el estudio que nos permite ver la respuesta directa de tu oído por 2 vías, tu audición a través del aire y a través de los huesos (Vía ósea).

A través del aire: Oímos por el aire a través de la moléculas que golpean y estimulan por ondas sonoras tu tímpano y hacen trabajar a la cadena osicular para estimular a la cóclea como pudiste ver en el video anterior, para que recibas esa nitidez y claridad de voces.

A través delos huesos: La vía ósea nos permite saltar toda la parte mecánica de tu oído, no usamos el tímpano, ni la cadena osicular y mandamos la información directa a la cóclea que es el procesador de sonido y obtenemos la respuesta más clara de tu órgano interno que es el oído puro.

Los audífonos de hoy en día son elegantes, modernos y, sobre todo, casi invisibles. Nadie tiene que saber que los lleva y usted no tardará en olvidarse. Pierda el miedo al “que dirán” y decida a mejorar su calidad de vida.

No olvide que un ruido fuerte puede provocar lesiones. Si siente dolor o molestias huya de la autoexploración, no introduzca ningún objeto en el oído y mucho menos se automedique.

Mantenga la TV o el equipo de sonido a un volumen moderado. Estudios científicos aseguran que la exposición a sonidos por encima de los 85 decibelios durante un período prolongado pueden provocar pérdidas de audición.