A diario ocurren grandes historias ya sea porque una persona rompió un récord o impuso uno, salvó el planeta, se convirtió en madre o en padre o concluyó la carrera.
¿Pero qué ocurre si una gran historia proviene de un ser pequeño?
Esta historia es sobre Luis Felipe, conocido como “Luisito”, quien logró vencer el cáncer y el abandono.
Con mirada cálida, actitud tranquila y por momentos inquieta, fue la manera en que Luis Felipe abrió las puertas de su casa para conocer más de su historia.
Haciendo muestra de su gallardía, lo cual robó el corazón de sus miles de seguidoras en Facebook, “Luisito” se comportó como un caballero, cualidad distintiva que dejó presumir al portar una camisa blanca y una corbata de color rojo, muy acorde con la ocasión.
“Luisito”, un can de casi tres años, fue rescatado el 20 de octubre de 2014 por Laura Parra Calderón, integrante del grupo “Huellitas de Amor Mérida”, tras ver en la página de Facebook “Adopciones y Rescates de Perros y Gatos” el caso sobre un perro de casa había que sido echado a la calle por los dueños.
Refugio improvisado
Al acudir al sitio, en la colonia Esperanza, al oriente de la ciudad, Laura halló un can aterrorizado que, debido a la prolongada temporada de lluvias, se refugiaba de los truenos debajo de una banca de cemento.
También notó que el animal estaba desnutrido, “casi hasta los huesos”, y que tenía heridas producidas por la sarna, por lo que pidió a un veterinario que fuera por él para llevarlo a una clínica.
Antes de realizarle estudios, Laura creyó que se trataría de un “rescate fácil”, pero al tener los resultados se concluyó que el animal sufría de sarna contagiosa, anemia, ehrlichiosis y cáncer.
Pese a que el pronóstico no era favorable, la rescatista se empeñó a ayudar a “Luisito”. “Cada vez que tomo un caso es porque me hacen sentir algo. Los que más me conmueven son los de perritos de casa abandonados o sacados de ésta por los dueños.
“Lo más triste de éstos es que los perros no son callejeros, sino que se hacen de la calle. Sus cuerpos son frágiles, pero deben de aprender a cuidarse, a buscar alimento y a resguardarse.
“El caso de ‘Luisito’ me sorprendió. Vecinas de la Esperanza contaron que él no se iba del rumbo; cuando sus dueños salían a comprar a la tienda, los seguía acompañando”, recuerda Laura.
La rescatista dice que Luis Felipe estuvo hospitalizado dos meses y recibió ocho quimioterapias para reducir un tumor, el cual le fue extraído exitosamente.
Recibió baños medicados por la sarna, la cual le contagió a su rescatista, quien también recibió tratamiento para curarla.
“Luego le salió una carnosidad en el ojo, lo que ocasionó que fuera sometido a una segunda operación. A pesar del largo proceso, Luis Felipe venció el cáncer.
“No tenía intenciones de quedármelo, ya tenía tres hijos peludos. Lo publiqué en las redes para que lo adoptaran, pero no es fácil que alguien quiera a un perrito delicado de salud”, dice Laura, tras confesar que en el fondo que en el fondo deseaba quedárselo.
“En una ocasión hice un viaje de trabajo y mi esposo se quedó en casa; tuvo la oportunidad de interactuar con Luis Felipe. Cuando regresé me dijo que ya no lo publicara más, que ‘Luisito’ se quedaba con nosotros”.
Lo cierto es que aquí no terminó la historia de Luis Felipe, por el contrario, apenas comenzó. Tras su recuperación, se integró a las actividades que el grupo hace para recaudar fondos y rescatar a más animales.
Alimento por un año
Su logro más reciente fue convertirse en la “Mascota de Diego”, dinámica de Infonativ, cuya premiación se efectuará el 6 de noviembre a las 12 del día en la delegación local del Infonavit.
Como parte de los premios destaca la entrega de alimento durante un año, que servirá para los perritos que el grupo rescata.
“Aún hay muchos Luisitos esperando una segunda oportunidad”, expresa la rescatista, quien manifiesta que Luis Felipe es el mismo perro, pero con diferente dueño.— Alicia López Medina
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