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Tasa activa o de colocación

Es la tasa de interés que reciben los intermediarios financieros de los demandantes por los préstamos otorgados. Es decir, la que te cobra el banco por el dinero que te presta.

Tasa pasiva o de captación

Es la tasa de interés que pagan los intermediarios financieros a los oferentes de recursos por el dinero captado. Es decir, la que te paga el banco por tus depósitos.

Ortíz (pp. 127-130) explica, acerca de las dos tasas:

Las tasas de interés activas que pagan los usuarios del crédito dependen de las tasas pasivas, de los gastos de otorgamiento del crédito, del riesgo de incumplimiento y de los costos económicos de operación del sistema financiero.

Las tasas pasivas entran como componente de las tasas activas a través del llamado costo porcentual promedio de captación (CPP), que es la tasa promedio de tasas pasivas pagadas en un periodo determinado por el sistema financiero según los ahorros captados del público en sus distintas modalidades, ponderado por el valor asociado a cada denominación, Entonces, las tasas activas dependen positivamente de este costo porcentual promedio de captación; cuando éste aumenta, las tasas activas también se incrementan. La relación se comprende en la medida que, para el sistema financiero es un costo importante el pago de los rendimientos, que surgen de la aplicación de las tasas pasivas a los depósitos o capitales captados.

Los gastos de otorgamiento del crédito son un componente de las tasas activas, que paga el usuario del crédito, por los costos administrativos y de investigación en que incurre el intermediario para otorgar el crédito. En ocasiones, estos gastos se pagan aparte, ya sea en la apertura del contrato o se distribuyen entre las amortizaciones pactadas.

Importante es el componente representado por el riesgo de incumplimiento, que se calcula con base en una variable aleatoria y la distribución de la probabilidad de que el usuario no cumpla con el pago del crédito pactado. Una vez estimada la probabilidad de incumplimiento sobre un conjunto de créditos otorgados, el intermediario, al conocer el monto de capital prestado, infiere el monto de dicho capital que puede tomarse incobrable. Dicho monto se aplica a los créditos recuperables en la forma de una tasa adicional, y se aumenta a la tasa activa. De esta forma, el intermediario garantiza, en condiciones normales, la recuperación del capital prestado, en beneficio propio y de los ahorradores. A través de este procedimiento, los propios usuarios del crédito que cumplen, pagan por los que fallan.

Los costos económicos de operación de los intermediarios deben absorberse por los usuarios del crédito a través de su adición, en términos porcentuales, a la tasa activa. Estos costos están representados por los gastos administrativos (sueldos y salarios), gastos de capital y utilidades normales del sistema financiero.

En resumen, la tasa activa de interés es una función:

  • del costo porcentual promedio de captación CPP,
  • de los gastos por otorgamiento del crédito,
  • del riesgo de incumplimiento y
  • de los costos de la intermediación.

La relación funcional de la tasa activa con respecto a cada factor es positiva, lo que indica que si aumenta alguna de ellas, la tasa activa aumenta en cierta proporción.

Tasa pasiva de interés es la que representa el rendimiento que el intermediario paga a los propietarios del capital o fondos que se están prestando. Tasa activa de interés es la que representa el rendimiento que el usuario del crédito paga al intermediario por la utilización de los fondos. Esto nos lleva a reconocer que la tasa pasiva y la tasa activa, si bien están muy relacionadas, no son iguales. La diferencia está representada tanto por los costos de la intermediación, como por los riesgos que involucran las operaciones de crédito.

Los intermediarios financieros, que llevan a cabo la función de canalizar el ahorro del público a los usuarios del crédito, están interesados en contar con un flujo constante y suficiente de recursos monetarios, para llevar a cabo eficientemente su labor de intermediación. De este proceso depende que el ahorro corriente de la sociedad se canalice a la inversión productiva, y al sostenimiento de un nivel adecuado de demanda agregada, al promover así la estabilidad y el crecimiento de la economía.

Por tal razón, los intermediarios financieros deben ofrecer al público ahorrador una tasa de interés pasiva que le resulte atractiva en términos pecuniarios. Esto significa que, además del servicio de custodia de los fondos del público, el sistema financiero debe garantizarle al ahorrador una tasa pasiva que lo compense por la falta de liquidez, así como por la pérdida de poder adquisitivo, que potencialmente enfrenta su capital durante el tiempo que éste se encuentre en poder del intermediario. Esta pérdida tiene su origen tanto en la inflación, como en la depreciación cambiaria que puede ocurrir durante el periodo transcurrido antes del vencimiento del depósito, título o bono que garantiza la custodia. Adicionalmente, el público ahorrador espera un premio que estimule su abstinencia de consumir, premio que depende del plazo y del riesgo de mercado que involucre la operación. Dentro de la gama de posibilidades que el sistema financiero ofrece al ahorrador, existe gran número de opciones que están libres de este riesgo de mercado o riesgo bursátil.

Otro factor que deben tomar en cuenta los intermediarios para fijar las tasas pasivas que ofrecen a los ahorradores, por las distintas opciones de inversión financiera, son las tasas de interés pasivas que pagan los mercados financieros de otros países por inversiones equivalentes. En ausencia de controles cambiarios, e incertidumbre por tipos de cambio, los ahorradores pueden ser atraídos por instituciones fuera de las fronteras nacionales para hacer inversiones de cartera. Esta fuga de capitales resulta particularmente importante cuando en un ambiente de altas expectativas inflacionarias e incertidumbre cambiaria, los ahorradores encuentran que sus ahorros están mejor protegidos en una institución extranjera que en una doméstica.

En resumen, los determinantes de la tasa de interés pasiva son:

  1. la tasa esperada de inflación,
  2. la tasa esperada de depreciación cambiaria,
  3. las tasas de interés que pagan instituciones financieras de otros países,
  4. los factores financieros asociados a cada operación y
  5. el premio al ahorrador.

A su vez, los dos primeros factores dependen de las condiciones generales de la economía y de las expectativas del público frente a ellas. El tercero depende de la situación económica de otros países: El cuarto depende tanto de riesgo de mercado o bursátil de cada inversión, como del plazo de vencimiento (que afecta la tasa a través de éste y los demás factores). El quinto depende de otras condiciones y es denominado tasa libre de riesgo.


La tasa activa, siempre es mayor, porque la diferencia entre las dos es la que le permite al intermediario financiero cubrir sus costos administrativos, dejando además una utilidad. Esa diferencia entre la tasa activa y la tasa pasiva constituye el margen de intermediación del banco.

El intermediario financiero obtiene su tasa activa tomando como base la tasa pasiva, sus gastos operativos, su renta esperada, el encaje promedio del sistema (lo que debe tener depositado en el banco central), más los componentes inflacionarios y de riesgo propios de la economía.

Tasa activa = Tasa pasiva + Gastos operativos + Ganancia + Encaje promedio del sistema + Componente inflacionario + Componente de riesgo

Schettino (p.35) señala que la diferencia entre las dos tasas refleja la eficiencia del sistema financiero, la capacidad de pago de los deudores y, en cierta forma, de la confianza en el comportamiento de la economía. Si la tasa activa crece mucho, la inversión cae, puesto que el financiamiento de la inversión es muy caro y no conviene invertir. Si la tasa pasiva baja mucho, los ahorradores pierden interés y prefieren consumir a ahorrar. En consecuencia, si el diferencial de tasas (tasa activa – tasa pasiva) es muy grande, no habrá ahorro ni inversión, lo que provoca un serio desajuste, puesto que estas dos variables tienen una relación muy cercana con el superávit comercial y el déficit gubernamental.

Cuando se habla de créditos internacionales se tiene que la tasa activa está compuesta por el costo de los fondos (bonos del tesoro Americano + Riesgo País + Riesgo de Devaluación) más el riesgo propio del préstamo (riesgo de default por parte de la empresa + riesgo de liquidez, producto de una inesperada extracción de depósitos + costos administrativos del banco para conceder créditos). Puede escribirse como:

i(Activa) = T-bill + Riesgo devaluación + Riesgo país + otros tipos de riesgo