Las mamás tenemos una consigna grabada en piedra: Si no estamos verdaderamente convencidas de que estamos en verdadero peligro de salud, los únicos médicos que visitamos son los que tienen el título de pediatra (y alguna sub especialidad).
Más aún nos convencemos de que un asunto de piel o pelo no es sino vanidad, y que una visita al médico dermatólogo es un lujo y no una parada importante cada cierto tiempo. Al menos cuando detectas alguna de estas situaciones:
- Tienes un lunar que está creciendo evidentemente.
O mancha, o peca. Y no importa dónde esté (a veces no le damos importancia a los lunares que no se ven fácil, como los de las plantas de los pies, entre los dedos, en la espalda baja). Y si te ha aparecido un parche de resequedad y no se ha mejorado con tu crema de cuerpo regular, no dejes de mencionarlo al ir a consulta. Focos amarillos que necesita revisión temprana.
- Quieres que desaparezca ese grano. Inmediatamente.
No todos los dermatólogos aplican tratamientos inmediatos, pero algunos aceptan, de vez en cuando -especialmente si estás a un día de una celebración como tu boda, o un inoportuno momento de esos- aplicar cortisona para bajar la inflamación y el enrojecimiento. Esto es especialmente funcional con los granos quísticos, que pueden tardar hasta tres semanas en desaparecer con el tratamiento habitual (y la paciencia, claro).
- Tus mejillas se enrojecen ¡y se quedan así!Hay personas que naturalmente tienen “chapas”, pero si se notan más -o muchísimo más- cuando tomas vino tinto, picante, ejercicio vigoroso o te expones al calor, es posible que tengas dermatitis atópica o rosácea. Ambas condiciones se han incrementado en las últimas décadas, y son síntoma de una piel delicada que necesita cuidados específicos. Sin embargo, el diagnóstico tiene que correr a cargo de un profesional: No existe una cura porque es un tipo de piel, no una enfermedad en sí, pero se puede mantener bajo control con tratamiento específico. ¡El cambio es del cielo a la tierra!
- Tu piel ha cambiado 180 grados de seca a grasa (o viceversa). Los cambios más notorios suelen darse durante la década de los veinte años, pero no hay edad para notar que el acné ha vuelto, a veces con renovada fuerza. Si tomasanticonceptivos hormonales o algún suplemento hormonal (incluyendo los que son para ayudar con la ovulación o para fomentar la generación de leche materna), no dudes en pedir asesoría médica dermatológica para mantener bajo control cualquier situación en la que estés sufriendo por tu piel.
- Las venitas rojas de tus piernas se están volviendo una telaraña violácea. Sean en el rostro o en las extremidades, grandes o chicas, pueden ser tratadas por un médico.
No sólo se pueden ver poco estéticas: las várices pueden volverse extremadamente dolorosas ya que responden a problemas de circulación. Aunque el ejercicio cotidiano, aumentar la ingesta de agua y aplicar compresas frías pueden ayudar, sólo un médico puede disolverlas con un tratamiento de varias aplicaciones en algunos casos.
- Tienes manchas faciales que parece un antifaz.
Este problema es lamentablemente común entre las mujeres embarazadas, que muchas veces no tienen idea de qué o cómo sucedió que se les oscurecieron áreas del rostro durante su embarazo o, incluso, habrá a quienes les haya sucedido en la adolescencia. En versión corta, debes saber que es una conjunción entre hormonas, sol y melanina, y el único tratamiento eficiente es en consultorio médico. Ponte protector solar, un sombrero ¡ya!, y haz tu cita.
- Estás considerando usar peluca.
El pelo se te cae (a veces a mechones) y se está adelgazando tu coleta; se ha vuelto muy reseco y/o tienes cada vez más grasa en las raíces. Los problemas de siempre se han agudizado, y te causa angustia y ansiedad: Es momento de hacer una cita con el doctor dermatólogo y, posiblemente, también con el endocrinólogo. No importa a cuál veas primero, pero toma en cuenta que podrías estar teniendo problemas de glándulas como la tiroides, que necesitan controlarse.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, y a través de ella y de sus extensiones de pelo y uñas, nuestro organismo manifiesta mucho de lo que está sucediendo en el interior del cuerpo. Nunca menosprecies las señales que tu piel muestra: Es la mensajera de tus órganos.