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Desde tiempos ancestrales, el hombre se ha aventurado a realizar intervenciones quirúrgicas en la cabeza para quitar tumores, corregir enfermedades. La historia nos señala a los antiguos egipcios como parte de los precursores que han sido exitosos.

No es necesario remontarnos a la época de Tutankamón; los últimos avances incluyen procedimientos realmente complejos que ahora parecen sencillos; se abre un pequeño orificio, se procede, con precisión milimétrica, a extraer o remover una obstrucción u tumor, y, ¡vualá!, se hace el milagro.

Nos encontramos con un neurocirujano, el oficio de abrir cabezas; es el Dr. Carlos Castillo Rangel, que imparte esta cátedra y es responsable de estos servicios, en su calidad de médico adscrito, en el Hospital Regional “Primero de Octubre”.

UN MUNDO FANTÁSTICO

Afirmando que, hoy por hoy, la neurocirugía es un mundo fantástico por sus avances; por sus implicaciones, recurrimos a la vieja y útil frase de que la realidad supera a la imaginación, que es, precisamente, lo que pregona el Dr. Castillo Rangel.

Anteriormente se tenía que abrir toda la cabeza, y nos recuerda el doctor que, ante las implicaciones de algo tan delicado, el éxito no era sencillo, ni mucho menos común; “‘coco’ que se abre, ‘coco’ que se pudre”, así lo resume.

Parte de esto es historia, por fortuna. La neurocirugía se acompaña, ya, de tecnología de punta. Hay una serie de aparatos modernos que apuntan a lo que ya se llama cirugía de mínima invasión, que, gracias a la tecnología, simplifica, al máximo posible, los procedimientos quirúrgicos, lo que permite ahorrar tiempo, brindar mayor seguridad al paciente, reducir sangrado, afectar lo menos posible al cerebro y a la cavidad craneana.

LA ESTEREOTAXIA

Hay múltiples métodos, pero, para hacer su exposición más sencilla, el Dr. Castillo se centra en unos pocos; uno de ellos es la estereotaxia. Es un aparato que permite definir, con precisión milimétrica, las coordenadas exactas; el médico, antes de operar, ya sabe la zona precisa donde se tiene que intervenir.

Localizado el punto se hace, únicamente, un pequeño orifico en el cráneo con una agujas que se desprenden de un aparato; se puede proceder a drenar, remover o lo que se tenga planeado. Incluso, el paciente no tiene que estar dormido, lo que resulta muy útil, pues de inmediato se sabe si está dañando, involuntariamente, una parte del cerebro.

De esta suerte se remueve un pequeño tumor y acceso, y el paciente, al día siguiente, puede irse tranquilamente a su casa, y con seguridad de que la operación fue realizada exitosamente.

Estas operaciones se realizan en hospitales públicos y privados, permitiendo curar o aminorar los efectos del mal de Parkinson; drenan hematomas, abscesos y toman biopsias de tumores profundos.

Una operación precisa y exacta, el doctor comportándose como un matemático, por eso de los ejes cartesianos.

ENDOSCOPÍA CEREBRAL

Otro tipo de procedimiento es la endoscopía cerebral; con un aparato especial, endoscopio, se puede entrar al cerebro y el doctor puede visualizar, amplificando la imagen en una pantalla, por donde se está moviendo; se puede “navegar” dentro del cerebro para extraer tumores cerebrales, quistes del sistema nervioso, hernias discales e hidrocefalias, entre otras muchas patologías.

Como cirugía mínima invasiva también se procede, únicamente, con una pequeña perforación, el denominado trepano; se puede llegar al ventrículo cerebral. Se pueden remover los famosos quistes ocasionados por la cisticercosis, los huevecillos que se transforman en gusanos y que pueden transmitirse por ingerir carne de cerdo.

Como ocurre con las operaciones de este tipo, la trepanación es mínima; se reducen, sensiblemente, las posibles zonas afectadas; el tiempo de recuperación del paciente es reducido, como en el caso anterior, en que el paciente se puede ir caminando al día siguiente.

Los riesgos para el paciente son considerablemente menores, lo que amplía el espectro de los pacientes que pueden ser intervenidos, pues los riesgos no son elevados.

El Dr. Carlos Castillo Rangel destaca que únicamente ha mencionado dos métodos, de muchos, que existen en este campo tan vasto de la cirugía mínima invasiva. Afirma que la principal ventaja es que el daño al paciente se minimiza, se hace chiquitito.

Concluye invitando a los especialistas a las Jornadas Quirúrgicas para los días 10 y 11 de octubre en el Hospital Regional “Primero de Octubre”, donde contarán con destacados ponentes nacionales e internacionales.