«Las líneas aéreas ya suspendieron la venta de vuelos a plazos largos, y ahora es posible que reduzcan las frecuencias, con lo cual también cortarían los vuelos de los extranjeros que vienen para nuestro país», advierte el ex presidente de la Asociación Argentina de Viajes y Turismo, Tomás Ryan, en alusión a que el BCRA redujo de u$s 150.000 a u$s 75.000 el límite que tienen las empresas para comprar dólares sin autorización previa. «En un avión de 160 pasajeros a Miami, a u$s 1.000 el ticket, no cubrís ni la mitad del avión», ejemplifica Ryan.
La medida afecta a las agencias más grandes, que con los u$s 150.000 diarios para importar ya estaban a tope. Por lo tanto, ahora pueden llegar a exigir el pago en destino. Esto significa que quienes se vayan de vacaciones en enero al exterior podrían llegar a tener problemas para pagar el hotel hoy a valor de dólar tarjeta y deberían hacerlo recién cuando lleguen a destino, con la consecuente devaluación que seguramente se producirá, por lo que les costará mucho más caro.
Fabricio Di Giambattista, presidente de la La Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo, dice que ahora las agencias deberán pedir autorización al Central si necesitan transferir más de u$s 75.000. Juan Carlos Chervatin , vicepresidente en Asociación Argentina de Operadores de Viajes y Turismo, recalca que esta medida pone en peligro la continuidad del negocio, y la fuente de trabajo de 35.000 personas en agencias de turismo: En el comercio internacional, cuando un país toma una medida restrictiva, inmediatamente es contestada con una medida en contraria. Si queremos tener turismo receptivo, debemos tener turismo emisivo.
En la industria sostienen que el Banco Central quiere reducir exposición de turismo ya: «Puede haber problemas porque se va a patear mucha operatoria ya cerrada que demanda divisas». «Estamos ante una situación complicada por estar en temporada alta, encima nos limita ante una supuesta e inminente devaluación de acumular pasivos en dólares. O aumentás los precios un 20% o exigís el pago en destino. Las líneas aéreas, en tanto, ya limitan sus clases promocionales, lo que se traduce en un aumento de precios encubierto», revela el gerente general de una de las grandes agencias turísticas, en off.
El inconveniente es que, al estar en plena temporada alta, dejar de vender es complicado, porque ningún player quiere perder market share. «De todas formas, muchos paquetes ya fueron cerrados, en especial aquellos a Florianópolis, según informan en las agencias.
«Con esto, se demuestra la escasez de divisas, con un BCRA con dificultades para mantener cierta tranquilidad cambiaria», señala Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI. «En términos prácticos, es muy probable que esto se acreciente desde hoy y hasta el 10 de diciembre. Por lo demás, esta nueva situación podría obligar a las empresas a adquirir divisas en el mercado marginal, lo que les sube sus costos y, además, impone una suba del dólar paralelo. Esto podría, por otro lado, postergar importaciones, lo que generaría menor actividad estas semanas», completa Elizondo.
«Estamos en default comercial», afirma Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI. Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, estima que la deuda del Banco Central con los importadores se acerca a los u$s 9000 millones: «Es probable que la mora en los pagos genere intereses adicionales desde las fechas de los vencimientos de pago originales», sostiene.
A esta cifra Ponce le agrega u$s 6500 millones de DJAIs pendientes no aprobadas o demoradas por la Secretaría de Comercio y alerta que, potencialmente, podrían ser sujeto de reclamos judiciales.