La mayoría de las personas están contentas con sus pómulos. Sin embargo, algunas personas pueden no estarlo como las que tienen unas «mejillas parecidas a un roedor«, es decir, «mejillas regordetas«, mofletudas y muy carnosas. Si este es tu caso, la solución puede ser una reducción de pómulos (cirugía bucal para la eliminación de grasa).
La grasa bucal está formada por unas almohadillas de grasa que aumentan la parte inferior de las mejillas. Si la grasa se extiende a la parte inferior de las mejillas y a la mandíbula puede crear un efecto facial desfavorable.
Afortunadamente, hoy en día, disponemos de varias opciones para afinar tus rasgos faciales. La reducción de pómulos ayuda a reducir el volumen de tus mejillas, eliminando el exceso de tejido graso. Estos procedimientos dan como resultado unos rasgos más definidos y esculpidos.
La eliminación de grasa bucal no debe ser confundida con la liposucción facial (que puede dejar cicatrices visibles). Sin embargo, en algunos casos, es necesario realizar una mini-liposucción en conjunto con la cirugía bucal para la eliminación de grasa(extirpación quirúrgica). Normalmente, en los casos que se deben llevar a cabo estos dos procedimientos de forma conjunta es cuando hay que eliminar una gran cantidad de grasa. En la mayoría de los casos, las pequeñas incisiones realizadas en la liposucción se curan en unas cuantas semanas.
Beneficios de la reducción de pómulos
Los beneficios de la reducción de pómulos son por lo general estéticos, en lugar de médicos. En los resultados se incluyen unas mejillas más finas y definidas que ayudan a mejorar la apariencia facial. Estos resultados se pueden conseguir sin tenerte que someter a otros tratamientos más caros de cirugía estética. El resultado, para muchos pacientes, puede significar un crecimiento del nivel de confianza asociado con una mayor autoestima.
Los tipos de reducción de pómulos
Los dos principales tipos de reducción de pómulos son por eliminación de grasa bucaly el procedimiento de la liposucción facial.
Características de los pacientes
Los candidatos ideales para someterse a una reducción de pómulos son aquellos que tienen más de 18 años y gozan de buena salud. También deben ser estables psicológicamente y tener expectativas realistas sobre los resultados de la cirugía. Se debe evitar fumar, beber y tomar ciertos medicamentos antes y después de la cirugía. Éste es un punto que se debe discutir con el cirujano plástico en la primera visita.
Procedimiento de reducción de pómulos
La extracción de grasa bucal es una intervención ambulatoria que dura aproximadamente una hora. Se puede realizar en la sala de cirugía del cirujano plástico, en un centro quirúrgico ambulatorio o en un hospital local.
En primer lugar, se le administra al paciente el tipo de anestesia que se haya elegido previamente, o bien por elección del propio paciente o del cirujano. Es posible que además de la anestesia, le suministren un sedante oral o un valium antes de la cirugía con el fin que pueda relajarse. Se le coloca al paciente antes o después de la cirugía, una sonda intravenosa con goteo de suero salino para mantenerlo hidratado. Esta sonda puede servir como medio para la introducción de otros medicamentos, si surgiera la necesidad. En el momento de insertar la vía intravenosa suele picar un poco.
Después de que se inyecte la aguja en la vena, se saca y se introduce un tubo de plástico pequeño asegurándolo en la vena. La sonda intravenosa se suele colocar en la parte interior del codo o la mano, dependiendo del tamaño de las venas en esos respectivos lugares.
Los efectos de la anestesia después de la introducción del líquido en el torrente sanguíneo son casi inmediatos. Si el cirujano cree necesario suministrar un sedante al paciente, se puede inyectar a través de la sonda intravenosa, ya sea mediante inyección hipodérmica o mediante un mecanismo de goteo adicional.
Una vez la anestesia ha hecho efecto, el cirujano hará una incisión (de 2 a 4 cm de longitud) entre la mejilla y las encías (cavidad maxilar), comenzando por encima del segundo molar superior hacia la parte posterior de la boca. El cirujano utiliza esta incisión para ver el músculo más grande de la mejilla, el músculo buccinador. Después, el cirujano ejerce presión con el dedo pulgar sobre el exterior de la mejilla derecha por debajo del hueso del pómulo haciendo que la grasa bucal salga a través de la incisión. Se pueden extraer pequeñas cantidades de grasa con unos fórceps o pinzas quirúrgicas. La cantidad total que se extrae depende de cada paciente.
A continuación, el equipo quirúrgico recuenta los instrumentos utilizados con la finalidad de cerciorarse que no se han dejado ninguno de ellos en el interior de la incisión. Se cierran las incisiones con puntos no absorbibles. Es posible que el médico coloque una gasa empapada de antibióticos entre los molares superiores y las encías. Se puede colocar un apósito de presión alrededor de la cabeza del paciente.
Las enfermeras despiertan lentamente al paciente y lo llevan a la sala de recuperación donde monitorean sus signos vitales. El paciente puede permanecer en la sala de recuperación incluso hasta dos horas, eso depende de la persona. El paciente puede notarse la cara tensa y sensible hasta que no desaparecen completamente los efectos de la anestesia. Una reacción común a la anestesia también puede implicar una respuesta emocional.
Si el paciente comienza a temblar, lo taparán con una manta caliente, esto lo aliviará. La medicación recetada debe que reducir o hacer desaparecer cualquier dolor y malestar adicional. Sin embargo, si crees que la intensidad de tu dolor no es normal una vez que llegues a casa, llama inmediatamente a tu cirujano plástico o al personal de guardia. Alguien te deberá llevar a casa, ya que a causa de la anestesia y los medicamentos administrados no serás capaz de ver con claridad y probablemente tu juicio se verá afectado.
El cirujano también puede realizar una liposucción facial para eliminar los depósitos de grasa de la mejilla cuando hay una cantidad excesiva de grasa.
Periodo de recuperación
Aquí hablaremos de un periodo de recuperación en condiciones normales, pero puede variar en situaciones anormales.
La pérdida de memoria respecto a la cirugía y de los acontecimientos previos a ella es normal y muchos pacientes la experimentan. Si éste es tu caso, deberás descansar mucho y mantener la cabeza elevada de unos 7 a 14 días. Por ese motivo necesitarás a alguien que te cuide durante los primeros días después de la cirugía. Es normal que tu cara esté hinchada durante los primeros tres días después de la cirugía, esta inflamación comenzará a reducirse progresivamente. Al ser una reacción común en todos los tipos de cirugía facial, no debes alarmarte.
Probablemente experimentarás un cierto malestar durante varias semanas. Tu dieta se verá restringida como pasa normalmente en la mayoría de las cirugías orales. No se te permitirá comer alimentos crudos o extraños, ya que pueden ser portadores de una mayor cantidad de bacterias que podrían provocarte una infección. Todas las frutas frescas y hortalizas deben ser lavadas previamente antes de consumirlas. Se te puede indicar que te laves la boca con un enjuague bucal antibacteriano después de las comidas. No toques con tu lengua los puntos de sutura o las zonas dónde se produjeron las incisiones.
La medicación para el dolor que tu médico te recetó, debería aliviar las molestias leves. Sin embargo, si te notas que tienes pus, enrojecimiento, hinchazón excesiva, dolor severo e intenso en la zona y que la herida huele mal, debes avisar inmediatamente a tu cirujano plástico o a algún miembro cualificado de su equipo.
Se debe tomar la temperatura regularmente, ya que un aumento de temperatura es una señal de infección. Si así fuera, sería necesario que tomases los antibióticos recetados y no dejarlos de tomar hasta que los signos de infección no hubieran desaparecidos. Las mujeres deben ser conscientes de que ciertos antibióticos son capaces de anular los efectos de las píldoras anticonceptivas.
Aunque irás mejorando y sintiéndote mejor, debes descansar durante las primeras tres semanas todo lo que puedas. Por lo tanto, no puedes ni levantar objetos pesados, ni agacharte para cogerlos. Un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca a través del ejercicio vigoroso puede causar sangrado y lesiones adicionales en la zona de la herida. Por lo tanto, en el periodo de recuperación debes evitar realizar deportes (sobretodo los deportes de contacto) durante las seis u ochos semanas (o el tiempo que tu médico sugiera) después de la cirugía.
Es muy probable que notes un cambio en tu sonrisa, hormigueo, dolor agudo y esporádico, tirantez, quemazón, sensaciones inusuales de frío o de otra índole. Estos síntomas desaparecen generalmente durante las primeras semanas. Podrás apreciar el resultado final a los cuatro meses de la cirugía.
Precio de la reducción de pómulos
- La primera visita después de la operación: Por lo general en esta visita tiene lugar a los siete o diez días después de la operación, a veces es posible que se programe incluso antes. En ella, se quitan los puntos de sutura.
- La segunda visita después de la operación: En esta visita se comprueba la evolución del paciente y por lo general tiene lugar a las tres semanas de la operación. En esta visita el cirujano recomienda los ejercicios y actividades que el paciente debe comenzar a hacer.
- El alta médica: El paciente podrá volver al trabajo entre tres y cinco días después de la cirugía. Esto depende también del tipo de trabajo que desempeñe el paciente.
- Limitación de las actividades (trabajo de oficina). El trabajo de oficina se puede desempeñar si puedes prescindir de hablar o si lo puedes realizar hablando lo mínimo posible. Para otros tipos de trabajo debes consultar con tu médico.
La exposición al sol no es un problema, a diferencia de otros periodos de recuperación de las diferentes cirugías faciales.
Los riesgos asociados con la cirugía de reducción de pómulos
Los procedimiento de eliminación de grasa bucal tienden a tener un bajo factor de riesgo, aunque siempre pueden surgir algunos problemas. El riesgo de infección está presente en todos los procedimientos quirúrgicos y puede ser tratado con antibióticos por el médico. El riesgo a la aparición de cicatrices también está presente, especialmente si el tratamiento se combina con una liposucción facial. El desequilibrio facial se cuenta como un riesgo, ya que a veces, una mejilla puede verse, parecer o ser más grande que la otra. Este fallo se puede corregir gracias a una cirugía correctiva.
El daño a los tejidos circundantes también es posible (la liposucción puede aumentar este riesgo). Debes tener en cuenta que a medida que envejecemos, podemos sufrir de forma natural un adelgazamiento facial. Si en el proceso se elimina demasiada grasa bucal, este adelgazamiento natural puede conducir al paciente a tener un aspecto «escuálido». Especialmente puede acabar ocurriendo si te sometes a este procedimiento cuando tienes entre 20 y 30 años. Por supuesto, todos estos posibles factores de riesgo los debes discutir detenidamente con tu médico antes de la cirugía.