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Dentro de los múltiples agentes que intervienen en el sistema del arte contemporáneo, entre los que se encuentran artistas, críticos, museos, comisarios, medios de comunicación, público, las galerías de arte cumplen un papel dentro de este engranaje, muy importante, ya que ninguno de estos componentes debe fallar para mantener un necesario equilibrio que ayude a mantener este castillo de naipes.

Funciones de la galería de arte

El principal objetivo de las galerías de arte es organizar exposiciones, que pueden tener un carácter individual o bien exposiciones colectivas que reúnen varios artistas, a veces representados por la galería o ajenos a ella. Pero no solo la exposición sino la venta de las obras, bien a particulares, instituciones o coleccionistas, es uno de sus cometidos.

Por tanto su función es cultural pero también económica. La galería es una empresa y como negocio está en este mundo para ganar dinero.

La galería se encarga de mantener la valoración de un artista, ninguna puede consentir que el valor de venta de una de sus ventas caiga, porque sus compradores se sentirían estafados o engañados.

Para promocionar sus artistas la galería no solo realiza exposiciones en su espacio sino que acude regularmente a pequeñas o grandes ferias de arte. Ello le lleva a desplazarse a otras ciudades dentro del país o en el extranjero. En la feria de arte la venta se realiza de una forma más dinámica y directa que en la galería. Asistir a una feria supone tiempo y dinero. Hay que permanecer largas estancias fuera del local y normalmente los standssuelen costar una considerable cantidad que debe recuperarse con las ventas que se realicen durante esos días.

El papel del galerista de arte

La figura del galerista es bastante curiosa, puede ser una persona que deje ver la exposición o, si tiene posibilidades de venta, se acerque para preguntar a o aconsejar sobre un determinado artista u obra. Su oficio no requiere unos estudios específicos, tan solo es necesario capital para montar la empresa y buen juicio a la hora de escoger los artistas a representar. Al mismo tiempo tener buenos contactos con coleccionistas o instituciones es esencial para moverse en este mundo. Ser buen vendedor es saber promocionar tu marca, para un galerista la buena promoción de sus artistas es indispensable para vender la obra.

Existe la figura del galerista con marca propia, aunque son pocos los que consiguen este estatus, sus opiniones añaden confianza y valor a las piezas que están en venta o los artistas por los que apuestan. Algunos coleccionistas confían en él igual que en un asesor de inversiones, una llamada suya es una venta más que segura. Este tipo de relación suele darse en galerías o transacciones de alto nivel. La marca se convierte a veces en juicio estético y actúa como refuerzo de este juicio.

La imagen de la galería es muy importante, cuanto más grande y más éxito tenga la galería, menos parece un espacio comercial.

La relación del artista y la galería

La galería, tal y como aparece dentro del sistema, es el primer paso que suele dar un artista dentro del mundo del arte, aunque actualmente este esquema está variando y algunos artistas pasan primero por el museo antes que por la galería. Pero la primera exposición suele ser en una galería. El número de artistas que representa una galería se encuentra entre 15 y 25. Estos consiguen una exposición individual o colectiva cada 18 meses aproximadamente. Durante la exposición se promociona la obra entre coleccionistas, críticos de arte y comisarios de exposiciones.

La galería y el sistema del arte

La galería cumple un papel fundamental en el proceso artístico contemporáneo. La promoción y difusión de los artistas representados, la venta de los mismos a coleccionistas e instituciones, su firme apoyo al arte contemporáneo tratando de mover a sus artistas, sus imprescindibles inversiones en producción de obra o catálogos, le convierten en un agente esencial dentro de un mundo donde todos los elementos que lo forman se apoyan y vampirizan unos a otros, pero que cada uno de ellos son imprescindibles para que el sistema continúe funcionando.